Las empresas se enfrentan a un “nuevo contrato emocional”, en el que las relaciones entre líderes y el ambiente laboral toman una relevancia única. Por qué es importante invertir en relaciones para mejorar tu startup.
Tecnologías, ideas, estrategias, innovaciones… En el mundo emprendedor, todas estas palabras son moneda corriente. Y no hace tanto que también entró a jugar muy fuertemente la inteligencia artificial, llamada la revolución industrial de nuestros días. Pero, en tiempos en los que todo se orienta a la tecnología, el ecosistema emprendedor no debe olvidar de otra inteligencia, todavía más importante: la inteligencia relacional.
Una de las principales causas por las que las startups fallan es la falta de comunicación. Son lugares donde las ideas están en ebullición, las estrategias abundan y las apuestas por la tecnología son fuertes y constantes. Pero el ambiente se vuelve tóxico, la dinámica no funciona y la startup, simplemente, falla.
Por eso es que Esther Perel, renombrada terapeuta y autora especializada en el tema, desafía a líderes y emprendedores a repensar cómo gestionan las relaciones en sus equipos.
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Relaciones sanas: la mejor inversión
Los emprendedores están acostumbrados a invertir en habilidades técnicas, desde aprender a codificar hasta desarrollar estrategias de marketing. Sin embargo, uno de los elementos más subestimados y menos desarrollados es la «inteligencia relacional».
Es que, aunque las competencias técnicas son esenciales, las relaciones que construimos en el trabajo pueden ser eso que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso.
¿De qué se trata, entonces, este concepto? La inteligencia relacional es el conjunto de habilidades que sirven para comunicarse con claridad, conectar auténticamente, manejar conflictos de manera constructiva y construir confianza en equipos que, muchas veces, operan bajo una presión constante.
Además, esta inteligencia incluye la capacidad de navegar por las complejidades emocionales, tanto en tiempos de éxito como en momentos de crisis.
Por qué la inteligencia relacional puede cambiar tu empresa
Actualmente las empresas se enfrentan a un “nuevo contrato emocional”, en el que las habilidades interpersonales y la empatía son tan valoradas como la productividad. Es que las personas no solo ven al trabajo como una fuente de ingresos: hoy en día, el empleo es también un espacio para desarrollarse como personas.
Cultivar una cultura empresarial en la que las relaciones sanas sean una prioridad toma una relevancia mucho mayor, y es donde los emprendedores deben poner el ojo. No da lo mismo cómo lideran o cómo gestionan: sus formas de abordar los conflictos, las expectativas y las conexiones interpersonales son determinantes en la retención de talento y en la cohesión del equipo.
La confianza, la empatía y la capacidad de manejar conflictos no solo mejoran la moral del equipo, sino que también impulsan la creatividad y la innovación. Es más: al fomentar una cultura de apertura, confianza y apoyo mutuo, los emprendedores no solo crean un ambiente de trabajo más saludable, sino que también sientan las bases para un crecimiento sostenible y duradero.
Relaciones sólidas, negocios sólidos
El éxito en el mundo emprendedor no depende solo de tener una gran idea o de ejecutar una estrategia perfecta. Para Perel, la verdadera innovación no siempre está en la última herramienta o en la próxima ronda de financiación, sino en cómo las personas dentro de una organización se relacionan entre sí.
Así, en un ambiente donde las startups necesitan moverse rápido y ser ágiles, la inteligencia relacional se convierte en una habilidad crítica. Los emprendedores deben estar atentos no solo a la estrategia y ejecución, sino también a las señales emocionales dentro de sus equipos.
Para los líderes en el ecosistema emprendedor, la pregunta no es si deben invertir en relaciones. La pregunta es cómo hacerlo de manera efectiva.