Te contamos cuáles son los puntos que tenés que tener claros antes de dejar de lado las comodidades de ser empleado de una empresa para lanzarte al mundo de incertidumbres y oportunidades del emprendedorismo.
El comienzo del camino emprendedor no siempre es lineal y prolijo. Cuando un fundador decide iniciar un negocio, generalmente tiene que tomar decisiones difíciles: desde los socios con los que se embarcará en la aventura o si lo hará solo, el modelo de negocio, el problema a resolver, los inversores, etc.
Hernán Corral, uno de los tres fundadores de la fintech Pomelo, además, tuvo que elegir dejar de lado su exitosa carrera corporativa para lanzarse de lleno a su sueño de emprender. Hoy, su compañía que tiene más 300 empleados y contando, una alta rentabilidad y un enorme futuro por delante, es prueba suficiente de que valió la pena el salto de fe.
Conocé los consejos de primera mano que el fundador compartió para aquellos que se encuentran con el mismo dilema.
La “etapa Starbucks”
Así es como el fundador llama a las incontables horas en que los socios se sentaron a charlar las cuestiones fundamentales que son clave para comenzar cualquier negocio. Uno de los interrogantes que los fundadores no pueden dejar a la deriva es contestarse: ¿En qué somos buenos?
Es aquí donde poniendo las cualidades de cada uno sobre la mesa podrán definir y delimitar los roles. Quién tiene experiencia en ventas, quién en levantar capital, quién es el partner tecnológico…
¿Qué, cómo y para qué?
¿Son siempre las mismas para todos? No. Pero es suficiente con las respuestas que sean las correctas para los fundadores de la compañía. El qué, cómo y para qué van a emprender es algo que se tiene que discutir hasta el cansancio porque va a ahorrar muchos problemas a futuro.
En el caso particular de los fundadores de Pomelo así definieron las 3 incógnitas:
- El qué: le dedicaron mucho tiempo. Armaron tres propuestas de fintech y finalmente se decidieron por hacer Pomelo porque era la alternativa que veían con más posibilidades de llevarla al éxito, “y era la más fácil”, describió Corral.
- El cómo: este punto es importante, todos los integrantes del founding team tienen que tener la misma filosofía con respecto a cómo quieren hacer eso que quieren hacer. Para Hernán Corral, Juan Fantoni y Gastón Irigoyen, founders de Pomelo, se resumía en “Ser una empresa modelo del 2030”.
- El para qué: Se trata del motor, lo que nos va a impulsar a ir para adelante y a realizar el qué y cómo. Para definir el para qué Hernán Corral se vale del dicho “una imagen vale más que mil palabras” y resumió el para qué de la fintech en una foto: la famosa esquina de Times Square donde se anuncian los IPOS. Estaba decidido, querían hacer algo que trascendiera.
All-in: los socios en la misma página
Una vez que tenemos definido lo que queremos hacer, cómo vamos a hacerlo y para qué y además, sabemos en lo que destacamos y somos buenos, lo que queda es definir los roles y el organigrama de trabajo.
En el caso puntual de Corral, Fantoni e Irigoyen, hubo dos condiciones innegociables. Los tres tenían que dedicarse tiempo completo al emprendimiento, y tendrían que poder mantener su nivel de vida. De nuevo, puede que las condiciones cambien según los socios, pero lo que no puede faltar es que estén conversadas.
¿Esto quiere decir que una vez definidas estas cuestiones uno está listo para emprender? Probablemente no, pero por lo menos hay una base más realista sobre la que comenzar. Así es como los 3 founders de Pomelo calcularon sus gastos por los siguientes 24 meses y definieron su sueldo. Asimismo, vieron sus activos, su experiencia, su red de contactos y pusieron todo sobre la mesa.
Ahora bien, ¿qué pasa si sale mal? Más allá de tener menos ingresos económicos si las cosas no salieran como uno se imagina uno siempre puede volver a intentarlo o mismo volver a posicionarse nuevamente en una corporación.
Porque eso sí, la experiencia como emprendedor, como dice Corral: “es increíblemente mejor que cualquier MBA. Entonces, ¿por qué no vamos a hacerlo?”.
