Te contamos cómo poner atención en lo que importa para impulsar tu startup y cómo priorizar las tareas más importantes y dejar todo lo demás de lado.
Para tener éxito con tu startup, es necesario enfocarse. Si te está yendo mal, una de las razones puede ser que estés errando el foco. Un camino directo hacia el burnout, el retraso en las metas y los resultados cero surgen de enfocarse en los problemas equivocados y discusiones erróneas.
La idea de enfocarse surge una y otra vez en el emprendedurismo y, aunque no hay una receta correcta, sí hay algunas prácticas que hacen que tu mirada esté (casi) siempre puesta en las cosas que realmente importan para tu compañía.
Cómo poner el foco en lo que importa
Para evitar todo el ruido que tenés a tu alrededor y lograr un mejor foco, entonces seguí las siguientes acciones:
1. No te fijes en lo que hacen los demás
Si tu startup tiene 25 empleados y solo tres objetivos este año, entonces… ¿En qué se enfocan las 22 personas que no los tienen como prioridad? En hacer su trabajo.
No busques sumarte objetivos, problemas o discusiones si no son necesarias. Hacé lo que tengas que hacer desde tu posición y enfocate únicamente en eso. Por ejemplo, un CEO debería: recaudar dinero, contratar talento y dirigir a los empleados.
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2. Hacé que las cosas pasen
Ser founder no significa delegar, delegar y delegar. Un founder tiene un enorme poder sobre qué le pasa a su compañía, y puede resolver problemas e impulsar a los equipos haciendo el trabajo que hay que hacer, no solo dando indicaciones.
Eso no significa hacer el trabajo de los demás: enfocate en uno o dos objetivos y hacelos pasar.
3. Cumplí con los básicos antes que nada
Si no tenés resuelto los tres ítems más básicos de la lista de cualquier founder, entonces surgirán cientos de situaciones que te dificultarán la tarea. Antes que todo lo demás, resolvé:
- ¿Tenés un cofounder?
- ¿Tenés una idea clara?
- ¿Tenés algo construido y probado por clientes?
Una vez que respondas estas preguntas, entonces podés pasar a lo que sigue.
4. Tomate el tiempo para reflexionar
Perder el foco no solo es hacer las cosas mal. A veces el camino es el correcto y, por esa razón, no te das cuenta de que estás desenfocado.
Es importantísimo reservarse un tiempo (cada fin de año, por ejemplo) para hacer una auditoría general de tu agenda, tus resultados, tus tareas y tus objetivos para ver cómo estás usando tu tiempo y tu esfuerzo.
5. Definí qué hacer y qué soltar
Si no podés poner tu objetivo en palabras simples y directas, ¿cómo lo vas a cumplir? No hay posibilidad de foco si no entendés hacia dónde ir.
Eso implica, también, saber soltar aquellas tareas que no aportan a la dirección que querés tomar. Por más que las quieras hacer, tenés que ser capaz de decir “en esto no me voy a enfocar” o “esto no voy a priorizar este año”.
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6. Todo queda en vos
Nadie te va a obligar a enfocarte. Nadie va a revisar qué hacés y obligarte a cambiar. La decisión de concentrar tus esfuerzos, descartar tareas secundarias y caminar hacia el éxito queda en tus manos.
Consejos para ser el as del foco
Para armar una agenda productiva y enfocada, te recomendamos:
- Usar la Matriz Eisenhower: Dividí las tareas en urgentes/importantes frente a no urgentes/no importantes e ignorá el segundo grupo.
- Los ingresos son lo primero: Si una tarea no ayuda a captar clientes, la retención o los ingresos, es secundaria.
- Tareas diarias limitadas: solo elegí tres tareas críticas al día; todo lo demás es un extra.