Tenemos en claro que detrás de WhatsApp está el gigante Facebook y que estas dos plataformas se financian con el uso de datos y la publicidad. Pero si usaste alguna vez Telegram sabes que ese no es el caso. Entonces, ¿cómo se financia y sobrevive la aplicación de mensajería que fue furor luego de la caída masiva de WhatsApp en octubre de 2021?
Telegram fue creada en 2013 por el ruso Pável Dúrov y hoy cuenta con más de 500 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo. Quienes la usan están enamorados de sus funcionalidades. Telegram permite, por ejemplo, editar texto luego de ser enviado, la alta privacidad en los chats y la posibilidad de enviar archivos de hasta 1,5 GB.
Su fundador, su máximo inversor
Crear tecnología sin pensar en las ganancias
Desde el inicio, la idea de su fundador fue crear una aplicación de mensajería segura y también totalmente gratuita. Hasta hoy, Telegram no ha generado grandes ingresos. No tiene publicidad porque sus creadores afirman que el acceso a los datos personales obtenidos por los anunciantes iría en contra de su espíritu; tampoco los usuarios pagan por su uso. Detrás de estas decisiones hay una filosofía, Dúrov considera que Telegram debe ser una herramienta que esté plenamente al servicio a sus usuarios.
Aunque Telegram crece y las demandas de su infraestructura también, la empresa no se ha movido ni un ápice de su idea inicial: mantenerla absolutamente gratuita y sin publicidad. Parece que Telegram no nació para generar dinero. Hasta el momento se ha financiado con los fondos de su creador, quien afirma que de ser necesario recurrirá a las donaciones de los usuarios o un modelo freemium.