Cómo definir, ejecutar y medir OKRs para lograr que todo fluya en tu empresa

EstrategiaCómo definir, ejecutar y medir OKRs para lograr que todo fluya en tu empresa

Cómo definir, ejecutar y medir OKRs para lograr que todo fluya en tu empresa

El entusiasmo y las ganas por aplicar OKRs en el mundo emprendedor son cada vez más grandes. Sin embargo, esta metodología cuenta con una serie de pautas muy importantes para lograr mejorar los resultados y el rumbo de la empresa. Conocé los consejos y tips más importantes para usar los OKRs más eficientemente.

 

En el mundo de las empresas y las startups, las personas pueden sentir que no hay un rumbo claro, que su equipo no es ambicioso, que los objetivos son inalcanzables, que si no alcanzan una meta ya no llegan a las demás… En resumen, en este sector puede haber, muchas veces, problemas de identificación con los resultados de la empresa.

 

Pese a que esto no es nuevo —se viene trabajando desde mediados del siglo pasado, sí existe un enfoque novedoso que se difunde cada vez más en las empresas. Con este approach, muchas compañías lograron transformar su día a día y lograr una identificación mucho mayor.

 

Se trata de los OKRs —Objective and Key Results, por sus siglas en inglés—, necesarios para evitar que “haya tantas personas trabajando tan duro y logrando tan poco”, como decía Andy Grove, considerado el padre de esta metodología. Para entenderla mejor, invitamos a Esteban Celestino, Chief Revenue Officer en Colppy y con amplia experiencia en OKRs, para que nos explique cómo definirlos, ejecutarlos y medirlos y así lograr la “magia” que él logró en su empresa.

 

“La magia de los OKRs”

 

Los OKRs tienen tres niveles:

  • Objetivos: el qué tenemos que lograr en los próximos tres meses. 
  • Key Results (KR): la forma en que sabremos si lo estamos logrando, es decir, cómo lo medimos
  • Iniciativas necesarias para lograr los KR.

 

“Los OKRs son los KPIs que te dan alma”, resumió Celestino. Si quiero mejorar sustancialmente un KPI, lo convierto en OKR. Eso sí: no todo KPI es un KR, aclaró.

 

Para aplicarlos correctamente, es necesario que los objetivos no solo sean anuales, sino también trimestrales; que no se cierren a un equipo, sino que sean transparentes y públicos; y que no sean entendidos como de arriba hacia abajo, sino horizontales

Además, los objetivos no deben estar atados al salario, para así dar rienda suelta a la inspiración y la toma de riesgos.

 

Cómo definir los OKRs

 

A la hora de redactarlos, el objetivo tiene que ser inspirador, mientras que el KR debe marcar con números o datos concretos cómo se logra ese objetivo. De esta manera, las iniciativas son las acciones que uno realiza para cumplir con esos KRs. Si se cumplen esos KRs, entonces se cumplieron los objetivos. 

 

Algunos consejos para definir OKRs:

  • Tienen que tener un número: necesitás de una cifra para saber si lo alcanzaste o no
  • No son un To-do list: los KRs sirven para alinear tareas con objetivos, no son una lista de tareas que deben hacerse para alcanzar algo
  • Definen si cumplen un objetivo o no: si logro un KR, ¿estoy cumpliendo el objetivo, o mejoré en algo que no lo afecta?
  • Deben contar con trazabilidad: si la métrica solo se puede medir hacia el final, no tiene sentido. Un KR debe contar con check in, es decir, verlos cada quince días y ver si las tareas realizadas impactaron en el número.
  • Cuantos menos, mejor: uno, dos o tres KRs es ideal
  • Desafíen el status quo: tienen que tratar de mejorar siempre, no solo mantener una métrica.
  • Son abordables: involucran a todo el equipo, sin dejar afuera a nadie

 

Las claves para los OKRs

 

A la hora de ejecutarlos, es recomendable empezar con objetivos anuales y luego pasarlos a trimestrales. Sin embargo, un OKR no es solo eso, sino que implica dos puntos muy importantes del management moderno. 

 

Es muy importante que los OKRs tengan una alineación, y evitar que la empresa trabaje en equipos que no sepan nada uno del otro. ¿Cómo se logra? Conociendo el impacto de las tareas en vez de quedarse solo en ellas —no pensar en que se están “picando piedras”, sino que se están “construyendo catedrales”—. Para esto, el OKR tiene que ser transparente y contar con una elaboración colaborativa, es decir, encontrar formas en las que “picar la piedra” sea más efectivo. En este sentido, también es muy importante que quienes estén implicados en las tareas formen parte de la elaboración de los objetivos.

 

Además, se necesita ambición. El OKR debe desafiar el status quo y salir de la zona de confort. Eso no implica poner imposibles, pero sí salir del simple mantenimiento de métricas. En este sentido, se necesita un foco claro: detectar qué objetivo tiene mayor impacto. Es preferible hacer una cosa por vez, bien hecha, que intentar mantener un equilibrio frágil.

 

Cómo ejecutar los OKRs:

 

  • Comenzá simple: no siempre es necesario un software de OKRs, con una planilla de Excel basta.
  • Definí un embajador: una persona que sea el sponsor del OKR, lo controle y lo incentive entre sus compañeros.
  • No fuerces el OKR: demostrá el beneficio del OKR en vez de solo bajarlo como un nuevo objetivo.
  • No te tientes con “hacer un Frankenstein”: los OKRs tienen una estructura y metodología determinada porque así funciona, alejarse de eso es hacer otra cosa que no dará los mismos resultados.

 

Siempre se va a tardar un tiempo en lograr implementarlos correctamente, y luego verlos funcionar. Por eso son importantes los check-in: por semana o cada quince días, tu equipo se tiene que juntar para ver cómo van los OKRs, si funcionan o no, si hay que cambiarlos o no, qué cosas se hicieron fuera del foco, etc.

Comparte este artículo

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp
Share on linkedin

Últimos posts

Tags

Comenta

Comentario

Captcha *

Escribe al menos un caracter para buscar