Para evitar la confusión más típica es necesario enfocarse en qué priorizan estas inversiones, de dónde vienen y hacia dónde van
Es común confundir las inversiones ESG (Enviromental, Social and Governance, por sus siglas en inglés) y las inversiones de impacto. Aunque tienen grandes diferencias y sus orígenes son muy distintos, hasta los más sabios cometen el mismo error.
En esta nota ya te contamos por qué es importante distinguirlas. Sin embargo, esa no siempre es una tarea fácil. ¿Cómo hacerlo? Estas son seis formas en las que las inversiones ESG y las inversiones de impacto son diferentes:
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Marco o estrategia
Las inversiones ESG miran al pasado, para así dar un contexto que permita comprender cómo una organización gestiona los riesgos y las oportunidades en torno a los problemas de sostenibilidad. Estas inversiones no se usan para decisiones comerciales futuras, sino para evaluar la actividad pasada.
Las inversiones de impacto, por otro lado, miran al futuro. Uno de sus principios básicos es el objetivo explícito de generar un beneficio social o ambiental que se pueda medir. Sus resultados son métricas, que en última instancia hacen que los inversores rindan cuentas.
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¿Quién las mira?
Las inversiones ESG abordan problemas sociales y ambientales, por lo que requieren de discreción por parte de sus administradores. El problema es que no hay una interpretación única de los factores ESG o el resultado final, y la ley fiduciaria requiere que un fideicomisario actúe únicamente en interés del beneficiario. Si hay beneficios para terceros, hay una violación de la ley.
Las inversiones de impacto la tienen más fácil. Al ser una estrategia y ser independientes, los inversores pueden optar por estos fondos sabiendo las intenciones de inversiones del administrador antes de invertir.
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Mitigación de riesgo u oportunidad
Las ESG ofrecen dos caminos:
- Ayudan a inversionistas a excluir o evaluar las inversiones en empresas que no se adhieren a los estándares preexistentes.
- Le dan oportunidades a las empresas con estándares laborales excepcionalmente altos dentro de un país de condiciones laborales típicamente bajas
En cambio, un inversor de impacto busca siempre oportunidades, a las cuales llegan -y luego gestionan- con investigación existente o emergente que toma en cuenta riesgos sistemáticos que afectan al mercado en su conjunto como a riesgos idiosincrásicos endémicos de un activo en particular.
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Prioridades
En donde más ponen el foco las ESG es en el rendimiento financiero, porque los beneficios ambientales y sociales se evalúan después de realizar una inversión.
Las de impacto, en cambio, miran todo al mismo tiempo: los beneficios financieros, sociales y ambientales. Hasta a veces priorizan los beneficios sociales y ambientales al principio de una inversión, siempre que los rendimientos financieros sean positivos
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Público o privado
Las inversiones centradas en ESG tienden a existir dentro de los mercados públicos.
En cambio, las inversiones de impacto históricamente estuvieron en los mercados privados. Sin embargo, ese lugar ya no es exclusivo: en el último tiempo, muchas inversiones de impacto se hicieron públicas.
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No todo lo que va viene
Todos los fondos de impacto cumplen con ESG, pero no todos los fondos de ESG son de impacto. Como las de impacto miran hacia adelante, suele incorporar prácticas ESG en inversiones futuras. Las ESG, en cambio, miran para atrás y se centran en lo que ya pasó, por lo que les es imposible incorporar perspectivas de impacto.